Cada 14 de febrero se recuerda a San Valentín, patrono de los enamorados. Según la tradición, durante la persecución a los cristianos el Santo ponía en riesgo su vida para unir a las parejas en matrimonio.
Todos los santos se caracterizan por haber llevado su amor a Dios al extremo de dar su vida por Él en el prójimo. Incluso hay quienes han sido asesinados por odio a este amor, por Jesucristo y su Iglesia, los cuales son llamados mártires.
No obstante, de todos ellos, solo a San Valentín se le suele relacionar con el amor de pareja. Su celebración fue asociada con la creencia común en la Edad Media, generalmente en Inglaterra y Francia, de que el 14 de febrero (es decir, a mediados del segundo mes del año) las aves comienzan a aparearse.
Los tres mártires San Valentín
En antiguos martirologios se menciona en la fecha del 14 de febrero al menos a tres santos de nombre Valentín, todos ellos mártires.
A uno se le describe como sacerdote de Roma, a otro como obispo en Interamna (actualmente Terni). Ambos al parecer fueron martirizados en la segunda mitad del siglo III y sepultados en la Via Flaminiana, pero en diferentes lugares de la ciudad.
De ambos San Valentines se conserva algún tipo de acta, pero son de fechas relativamente posteriores y sin valor histórico. Acerca del tercer San Valentín, fuera de que fue martirizado en África junto con un cierto número de sus compañeros.
Otros Santos:
San Cirilo de Tesalónica
San Metodio de Tesalónica
Santa Alejandra de Egipto
San Antonino
San Auxencio
San Eleucadio
San Juan Bautista de la Concepción García
San Nostriano
San Vital
San Zenón
Beato Vicente Vilar David
